Existieron los Reyes Magos?
Por:
Anwar Tapias Lakatt
Dentro de los temas
concernientes a la Navidad, el de los Reyes magos ocupa un lugar bastante
interesante para analizar su historicidad sobre todo porque encierra un
acontecimiento como el de la Estrella de Belén.
Ciertos
autores, incluso sacerdotes, consideran los relatos de la infancia de Cristo,
como construcciones teológicas, es decir, acontecimientos que no ocurrieron,
pero que se hicieron para dejar una enseñanza. Ante esto, quiero colocar lo que
la Pontificia Comisión Bíblica estableció al respecto Ver Dezinger:
Del autor, del tiempo de composición y de la verdad histórica del Evangelio según San Mateo
[Respuestas de la Comisión Bíblica, de 18 de junio de 1911]
3567 Dz 2154 VII. Si deben especialmente considerarse con razón destituidas de sólido fundamento las opiniones de aquellos que ponen en duda la autenticidad histórica de los dos primeros capítulos en que se narran la genealogía e infancia de Cristo, así como la de algunas sentencias de grande importancia en materia dogmática, como son las que se refieren al primado de Pedro (Mt 16,17-19), a la forma del bautismo con la universal misión de predicar confiada a los Apóstoles (Mt 28,19-20), a la profesión de fe de los Apóstoles en la divinidad de Jesucristo (Mt 14,33) y a otros puntos por el estilo que aparecen en Mateo enunciados de modo peculiar.
Resp.: Afirmativamente.
Igualmente,
la Constitución Dei Verbum del Concilio Vaticano II expresa:
Carácter histórico de los Evangelios19. La Santa Madre Iglesia firme y constantemente ha creído y cree que los cuatro referidos Evangelios, cuya historicidad afirma sin vacilar, comunican fielmente lo que Jesús Hijo de Dios, viviendo entre los hombres, hizo y enseñó realmente para la salvación de ellos, hasta el día que fue levantado al cielo. Los Apóstoles, ciertamente, después de la ascensión del Señor, predicaron a sus oyentes lo que El había dicho y obrado, con aquella crecida inteligencia de que ellos gozaban, amaestrados por los acontecimientos gloriosos de Cristo y por la luz del Espíritu de verdad. Los autores sagrados escribieron los cuatro Evangelios escogiendo algunas cosas de las muchas que ya se trasmitían de palabra o por escrito, sintetizando otras, o explicándolas atendiendo a la condición de las Iglesias, reteniendo por fin la forma de proclamación de manera que siempre nos comunicaban la verdad sincera acerca de Jesús. Escribieron, pues, sacándolo ya de su memoria o recuerdos, ya del testimonio de quienes "desde el principio fueron testigos oculares y ministros de la palabra" para que conozcamos "la verdad" de las palabras que nos enseñan (cf. Lc., 1,2-4).
Un texto interesante,
que aborda los Evangelios de la infancia, al respecto de las posibles causas de
quienes dudan de la historicidad del texto de los reyes magos, es por ser una
re-lectura del Antiguo Testamento, de textos como el de Balaam Ver texto completo:
Por lo que respecta al
AT, el relato de Mt sobre los magos que vieron ascender la estrella del Mesías
davídico sería un eco del relato veterotestamentario de Balaán, una figura de
mago oriental que vio ascender la estrella de Jacob (Nm
24,15-19).
El texto
así mismo, ofrece respuestas a los interrogantes que se plantean sobre la
historicidad de los Evangelios de la infancia, y trata de zanjar la cuestión
para quienes tienen objeciones.
Importante,
como apoyo a este tema, es el reciente libro del Papa Benedicto XVI sobre la
infancia de Jesús, pues como teólogo, aborda el tema y nos brinda su óptica
personal, que es valiosa por ser un hombre muy estudiado. Trataré de colocar los
aportes, que el libro ofrece sobre el tema de los Reyes Magos.
El texto base para el
análisis es Mt 2, 1:
“Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey
Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos diciendo: ¿Dónde
está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en
el oriente y venimos a adorarle. Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y
toda Jerusalén con él. Y convocados todos los principales sacerdotes, y los
escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo. [...] Entonces
Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el
tiempo de la aparición de la estrella; y enviándolos a Belén [...] Ellos,
habiendo oído al rey, se fueron; [...] Y al entrar en la casa, vieron al niño
con su madre María, y postrándose lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le
ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. Pero siendo avisados por revelación
en
sueños que no
volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro
camino.” (Mateo 2, 1-12).
Vamos a
analizar el tema en los siguientes puntos:
-
Quienes vieron
-
Qué vieron
-
Cuando vieron
-
Importancia teológica
¿Quiénes vieron?
La opinión
más generalizada es que los sabios de oriente fueron sacerdotes de Media[1] o que provenían de
Babilonia[2]. La opinión a
favor de Media se le debe a Herodoto, y la opinión en favor de Babilonia se debe
a que ellos tenían mucho más desarrollado su sistema de estudio de las estrellas
que los Medos.
Algo que
impresiona en el relato bíblico es el uso de la palabra mago, ya que no es común
ver en practicantes de la magia su interés por una profecía bíblica, sin embargo
el uso de la palabra mago no estaba restringido sólo a los hechiceros. Una
posición al respecto indica que la expresión “de Oriente” nos quiere dar nuevas
luces sobre estos magos, para hacerlos diferenciar de los hechiceros conocidos
en el Nuevo Testamento como por ejemplo Simón (Hch 8, 9). Para la época del
suceso, la expresión “de oriente” revalora el concepto de estudiosos de las
estrellas[3]. Otra posición
expresa que los magos eran persas pues existe una imagen en la Iglesia de San
Apolinar que los muestra vestidos con indumentaria persa.
El Papa en
su libro toca las diferentes acepciones al respecto, y se inclina por considerar
que no pertenecían a la clase sacerdotal persa, pero que podían ser astrónomos,
apoyado en el astrónomo italiano Ferrari d'Occhiepo, procedentes de Babilonia.
Sin embargo, que para que se motivaran por la señal y la conectaran con la
venida de un mesías judío, es porque circulaban en esa época, relatos de este
tipo, que sólo aun hombre inquieto interiormente, lo moverían a buscar
realmente la estrella de la Salvación.
Otro aporte
importante que expone Benedicto XVI es sobre el área de proveniencia, pues la
amplía incluso hasta el extremo occidental. Basado en la cita del salmo 72, que
menciona a Tarsis, el Papa abre la posibilidad de extender a Occidente (España -
Tartessos), la venida de los Reyes Magos. Al respecto, en una noticia de Zenit
sobre el tema expresa Noticia Zenit:
Tartessos o Tartéside fue el nombre con el que los
griegos conocían a la que creyeron primera civilización de Occidente. Posible
heredera de la edad del Bronce final atlántico, se desarrolló en el
triángulo formado por las actuales provincias de Sevilla, casi toda, y parte de
las de Huelva y Cádiz, en la costa suroeste de la península Ibérica, influyendo
sobre las tierras del interior y el Algarve
portugués.
Sin embargo, la
misma noticia indicará que no es posible pensar que los magos vinieran de la
Tartessos ibérica, pero como no se sabe en donde quedaba la Tarsis bíblica, toda
posibilidad se abre. De la Tarsis bíblica, se tienen textos como (1 Re 1, 10-22), (Ez 27,
12) y (Jn 1, 3). De todos modos, los magos representan la humanidad
en busca de Cristo, una búsqueda que es respuesta a la acción amorosa del mismo
Dios que se deja encontrar también.
El secretario de la
Conferencia Episcopal Española ha aclarado para los confusos, que el Papa no ha
inisnuado origen español a los magos, sino que marcó el límite de Occidente en
el siglo I Ver noticia
Hasta aquí la
explicación del por qué magos, pero la expresión reyes no aparece en el
Evangelio de Mateo. Su uso inicial lo infiere Tertuliano al interpretar el
siguiente texto:
"Que los
reyes de Tarsis y de las costas lejanas le paguen tributo. Que los reyes de Arabia y de Sebá le traigan regalos; que todos los reyes le rindan homenaje y lo sirvan todas las naciones. (sal 72, 10-11)
Con este
texto Tertuliano piensa que los magos debieron ser de realeza. De todos modos en
una entrevista al historiador Franco Cardini, él expresa que los magos no eran
reyes[4] ni nada de eso,
que es una interpretación teológica posterior.
Respecto a
cuantos eran, la opinión más aceptada es que eran tres teniendo en cuenta los
regalos que llevaban (oro, incienso y mirra). Y esta opinión la apoya Orígenes[5]. Respecto a estos
regalos, hay una profecía que apoyaría la veracidad del relato
bíblico:
Te inundará una multitud de camellos: llegarán los de Madián
y Efá, los de Sabá vendrán todos trayendo oro e incienso, y
proclamando las alabanzas de Yahvé (Is
60, 6)
Y en este
texto podemos ver como también en Cristo, sucede como con Salomón, quien lo fue
a visitar la Reina de Saba para admirar su sabiduría y llevarle muchos
regalos:
“Ella quedó maravillada, y dijo al rey: Realmente era verdad
lo que me habían dicho de ti y de tu sabiduría. Luego ofreció al rey ciento
veinte talentos de oro, perfumes y joyas en gran cantidad” (1 Re 10, 6)
Los
regalos, cada uno representaba algo del misterio de Cristo:
ORO: Simboliza la realeza de Cristo.
Cristo es el rey:
El será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El
Señor Dios le dará el TRONO de David, su
padre, REINARÁ
sobre la casa de Jacob para siempre y su REINO tendrá fin" (Lc
1, 32-33)
INCIENSO: Simboliza la divinidad de
Cristo. Los magos no vinieron a adorar solamente a un hombre. Como escribe el
padre Juan Guillermo Morado, en su blog Ver blog:
Santo Tomás, citando a San Juan
Crisóstomo, comenta que “si los Magos hubieran venido en busca de un rey
terrenal, hubieran quedado confusos por haber acometido sin causa el trabajo de
un camino tan largo”.
MIRRA: Signo de pasión y sufrimiento,
incluso San León Magno lo toma como signo de mortificación:
Le
ofrecieron vino mezclado con mirra, pero él no lo tomó. (Mc 15,
23)
Fue
también Nicodemo, el mismo que anteriormente había ido a verlo de noche, y trajo
una mezcla de mirra y áloe, que pesaba unos treinta kilos. (Jn
19, 39)
Siguiendo
con las opiniones del número de reyes hay versiones que muestran dos, cuatro,
doce y hasta sesenta. En la Iglesia San Apolinar en Ravena, Italia reposa un
mural que tiene una inscripción con el nombre de los tres reyes magos: Melchor,
Gaspar y Baltasar.
Muchas
leyendas surgieron sobre los reyes magos. En Wikipedia leemos:
Otra leyenda cuenta que, después
de la resurrección de Jesús, el apóstol Tomás los halló en Saba. Allí fueron
bautizados y consagrados obispos. Después fueron martirizados en el año 70 y
depositados en el mismo sarcófago. Los restos fueron llevados
a Constantinopla por Santa
Elena. Posteriormente, Federico I
Barbarroja, en el siglo
XII, los trasladó a Colonia, donde hoy reposan con las
coronas que supuestamente llevaron durante su existencia. Miles de peregrinos
empezaron a llegar a Colonia, lo que propició que en 1248 se iniciara la construcción de
la catedral de
Colonia.
¿Qué vieron?
Esta
pregunta ha desvelado a muchos teólogos, historiadores y hasta astrónomos. Se ha
buscado en los registros científicos un acontecimiento físico que respalde el
relato bíblico según la cronología del mismo. Siempre la hemos llamado Estrella
de Belén porque condujo a los reyes magos hasta el lugar donde había nacido el
niño.
La Biblia
sólo nos deja la referencia en Mateo sobre este acontecimiento, que para ser tan
sorprendente no haya quedado en el registro de los otros tres evangelistas, lo
cual no demerita que el acontecimiento haya ocurrido. Sin embargo en literatura
apócrifa encontramos en el Proto Evangelio de Santiago lo siguiente:
“Una estrella
indescriptiblemente grande apareció de entre estas estrellas y las deslumbró de
tal manera que ya no lucían y así supimos que un Rey había nacido en
Israel.”
Siguiendo a los
padres de la Iglesia le leemos a San Ignacio de Antioquía, discípulos de los
apóstoles :
“...un astro brillaba
en el cielo más que todos los restantes, su situación era inexplicable, y su
novedad causaba asombro. Los demás astros, junto con el Sol y la Luna, formaban
un coro en torno a este nuevo astro, que los superaba a todos por su resplandor.
La gente se preguntaba de dónde vendría este nuevo objeto, diferente de todos
los demás.”
Más adelante Orígenes
expresó:
“...yo creo que la
estrella que apareció en Oriente era de una especie nueva y que no tenía nada en
común con las estrellas que vemos en el firmamento o en las órbitas inferiores,
sino que, más bien, estaba próxima a la naturaleza de los cometas... He aquí
pruebas de mi opinión: se ha podido observar que en los grandes acontecimientos
y en los grandes cambios que han ocurrido sobre la Tierra han aparecido astros
de este tipo que presagiaban: revoluciones en el Imperio, guerras u otros
accidentes capaces de trastornar el mundo... Así pues, si es cierto que se
vieron aparecer cometas o algún otro astro de esta misma naturaleza con ocasión
del establecimiento de alguna nueva monarquía, o en el transcurso de algún
cambio importante en los asuntos humanos, no debemos extrañarnos de que haya
aparecido una nueva estrella con ocasión del nacimiento de una persona que iba a
originar un cambio tan radical entre los hombres.”
Cuando
indagamos en fuentes astronómicas sobre la posible explicación física de la
Estrella de Belén se tejen varias teorías pero que deben tomar como referencia
el año del nacimiento de Cristo, el cual calculamos en el año 7 a.C (véase
artículo ¿Cuantos
años vivió Jesús?)
·
La primera opción es la conjunción entre Júpiter y Saturno
ocurrida sobre la constelación de Piscis. El problema de la teoría es que según
los simuladores modernos, los dos astros no se acercaron tanto como parecer un
solo cuerpo celeste:[6]. Sin embargo, el libro
de Benedicto XVI le da fuerza a esta teoría, apoyado en que Kepler hizo los
cálculos en el siglo XVII, y añadió a la conjunción, la aparición de una
supernova, lo que explicaría la luminosidad por varias
semanas.
·
Otra opción es que haya sido un cometa como el Halley pero
se descarta esta opción ya que el cometa Halley pudo pasar entre los años 11-10
a.C. Aunque se tiene iconografía con la figura de un cometa.
· La
tercera opción es que haya sido una supernova ocurrida en el año 5
a.C:
Se sabe de un texto
chino que más o menos dice lo siguiente: "Segundo reinado de Ch_hien-p_ing,
segundo mes, un hui-hsing apareció en Ch_ien-niu durante más de 70 días",
curiosamente el periodo de tiempo llamado segundo reinado de
Ch_hien-p_ing corresponde con los meses de marzo y abril del año 5 a.C.; y
si bien un hui-hsing era una manera de llamar una estrella con cola (o
sea un cometa), no necesariamente se trataba de un cometa, pues los chinos
también llamaron hui-hsing a la supernova vista por Tycho Brahe en 1572;
Ch_ien-niueras un nombre dado a un grupo de estrellas que comprendía la porción
norte de las estrellas Alfa y Beta Capricornus.
La
anterior hipótesis tiene un punto en contra: si se explora la región del cielo
que comprende Alfa y Beta Capricornus, no se encuentran un remanente de
supernova como el que se observa en M1, registrada el 4 julio de 1054 por
astrónomos chinos, que llegó a tener una magnitud 4 veces superior a la Venus, y
que fue visible incluso a la luz del día. Si se ha de suponer que los chinos
registraron un cometa y no una supernova, no está del todo claro el porqué ellos
no consignaron algo referente al movimiento de ese astro por la esfera
celeste.
De
todos modos, teniendo en cuenta la fecha en que se escribió el Evangelio se
pudieron tener en cuenta estos hechos:
·
La conjunción de Júpiter y Saturno en la constelación de
Piscis en el 7 a.C.
·
La retrogadación de Júpiter en el 6 a.C.
·
La supernova del 5 a.C.
·
La espectacular conjunción de Venus y Júpiter cerca a
Régulos en Leo del 2 a.C.
Lo que hayan visto los
magos fue una señal prodigiosa de Dios que anunciaba el nacimiento del Mesías.
Tal vez la profecía que ellos reconocieron al ver la estrella es la que se
encuentra en el libro de Números:
“Lo veo pero no por ahora, lo contemplo pero no de cerca; un
astro se levanta desde Jacob, un cetro se yergue en Israel”
(Num 24, 17)
Igualmente
Isaías expresa lo siguiente:
“El pueblo que caminaba en la noche divisó una luz grande,
habitaban el oscuro país de la muerte pero fueron iluminados. Porque un niño nos
ha nacido, un hijo se nos ha dado” (Is 9,
1.5)
De esta
forma, mientras algunos vez construcciones teológicas sobre estos textos, más
bien pueden ser el cumplimiento de los mismos textos. Benedicto XVI al respecto,
sobre la historicidad de este fenómeno dirá:
Pero no se podía dejar de plantear la pregunta sobre
si, a pesar de todo, acaso no se hubiera tratado de un fenómeno que se podía
determinar y clasificar astronómicamente. Sería un error rechazar a priori
esta pregunta remitiéndose a la naturaleza teológica de la
historia.
¿Cuándo vieron?
Esta
pregunta empieza a develar el misterio que encierra este hermoso relato. Los
reyes magos expresan: “hemos visto su estrella”
(Mt 2, 2b). Pero ¿Cuándo la
vieron?
Lo primero
que tenemos en cuenta para saber la respuesta es que al ser burlado Herodes por
los magos manda a matar a todos los niños inocentes[7] menores de dos
años. ¿A qué nos lleva esto? Herodes manda a matar a los niños teniendo en
cuenta la fecha en que apareció la estrella:
“y fijándose en la fecha que ellos le habían dicho, ordenó
matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y sus
alrededores” (Mt 2,
16b)
Herodes
interpretó el momento de aparición de la estrella como el momento en que nació
Cristo. Y esto se confirma cuando los magos dicen: “¿dónde está el rey de los judíos que ha nacido?”
(Mt 2, 2) Quiere decir que ya
Jesús ha nacido cuando Herodes se encuentra con los magos.
Algo
interesante es que si los magos estaban siendo guiados por la estrella, ¿por qué
llegan a Jerusalén a preguntar? El relato pareciera indicar que la estrella no
pudo ser vista más por los magos en algún momento, y que por eso deben preguntar
donde nacería el Mesías. Luego cuando parten a Belén, la estrella los vuelve a
guiar:
“Después de esta entrevista con el rey, los magos se pusieron
en camino; y fíjense: la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de
ellos hasta que se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño”
(Mt 2, 9)
¿Una
estrella que aparece y se mueve? Es extraño encontrar un astro de este tipo,
pero si profundizamos este actuar divino en la Escritura podremos ver una
semejanza con la columna de fuego y la nube que guiaba a Israel por el
desierto:
“El día en que se
erigió la Morada –la Carpa del Testimonio– la nube la cubrió, y desde el
anochecer hasta la mañana estuvo sobre ella con aspecto de fuego. Así sucedía
siempre: la nube cubría la Morada y de noche tomaba el aspecto de fuego.
Siempre que la nube se alzaba por encima de la Morada, los
israelitas levantaban el campamento; y en el lugar donde se detenía la nube,
allí acampaban. A una
señal del Señor, levantaban el campamento; a otra señal del Señor, acampaban, y
permanecían acampados mientras la nube se quedaba detenida sobre la
Morada.
Cuando la nube se detenía sobre la Morada varios días, los israelitas acataban la orden del Señor y no levantaban el campamento. Cuando la nube estaba sobre la Morada unos pocos días, permanecían acampados de acuerdo con la señal del Señor; y a una nueva señal del Señor, levantaban el campamento. Cuando la nube sólo se detenía desde el atardecer hasta la mañana, levantaban el campamento por la mañana, tan pronto como se alzaba la nube. De día o de noche, siempre que se alzaba la nube, levantaban el campamento
Cuando la nube se detenía sobre la Morada varios días, los israelitas acataban la orden del Señor y no levantaban el campamento. Cuando la nube estaba sobre la Morada unos pocos días, permanecían acampados de acuerdo con la señal del Señor; y a una nueva señal del Señor, levantaban el campamento. Cuando la nube sólo se detenía desde el atardecer hasta la mañana, levantaban el campamento por la mañana, tan pronto como se alzaba la nube. De día o de noche, siempre que se alzaba la nube, levantaban el campamento
Siempre que
la nube estaba sobre la Morada –ya fueran dos días, un mes o un año– los
israelitas permanecían acampados y no levantaban el
campamento. Pero a
una señal del Señor, partían. Así acataban la orden del Señor, conforme a las
instrucciones que él les había dado por medio de Moisés” (Num 9, 15-23)
Al parecer existe una incongruencia cronológica entre
Mateo y Lucas. Leyendo a Mateo, entendemos que José y María permanecieron
siempre en Belén hasta la huida a Egipto, pero Lucas nos expresa que después de
haber presentado al niño en el Templo (33 días de su nacimiento) regresaron a
Nazareth:
“Una vez cumplieron todo lo que ordenaba la Ley del Señor,
volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazareth” (Lc 2, 39)
¿Cómo
zanjar la cuestión? Podemos tener dos opciones:
a.)
Lucas no narra el relato de los magos pero si quiere
resaltar que Jesús fue criado en Nazareth, pues es algo cierto, ya que después
de la muerte de Herodes, José y María regresan allí (Mt 2, 23)
b.)
José y María después de la presentación regresan a Nazareth
en un viaje corto para visitar la familia de María, y luego regresan a Belén,
tiempo en el cual llegan los magos
Importancia teológica
Más allá de los pormenores históricos del relato, lo
importante cuando leemos la Palabra de Dios es saber qué nos quiere decir, saber
qué mensaje nos deja el Señor. Este relato nos deja varias
conclusiones:
-
A través de los magos, Dios nos
quiere mostrar su misericordia, llegando a anunciar su salvación a aquellos que
están lejos de su verdad:
“Me he dejado hallar por los que no preguntaban por mi y me
he dejado encontrar por los que no me buscaban” (Is 65, 1)
En los magos podemos ver cómo todos estamos llamados a
adorar a Jesús, reconocer su majestad, ofrecerle lo mejor de nuestras vidas y
ser obedientes a su voz.
Dios nos habla a
través de señales, y como los magos debemos tener nuestra mirada fija en Jesús,
para que podamos ser guiados por Cristo en el camino hacia Dios. No importa
cuánto debamos recorrer, no importa si en algún momento nos toque preguntar, lo
importante es nunca perder de nuestro horizonte, que nuestro destino final es
Cristo y hacía él debemos ir.
Todo el relato del Evangelio tiene prefiguraciones
bíblicas, prefiguraciones que encuentran su sentido pleno en la ocurrencia del
hecho, pero más allá, está la verdad de Dios para nosotros, una verdad que
siempre nos trae vida eterna.
Celebración en las Iglesias
Orientales
Importante también mencionar que las iglesias
Orientales y Ortodoxa, celebran en el 06 de enero, el Nacimiento de Cristo junto
con la Epifanía del Señor. En esta celebración, realizan la bendición de las
aguas, como acto celebrativo muy importante. Para más información Epifanía del Señor en la Iglesia Ortodoxa
[2] http://www.portaleureka.com/accesible/historia/71-historia/68-quienes-fueron-los-reyes-magos-de-oriente
[3]
www.wikipedia.org
[5] http://www.portaleureka.com/accesible/historia/71-historia/68-quienes-fueron-los-reyes-magos-de-oriente
[6] http://www.unicauca.edu.co/aida/articulos/2009/12/19//Posibles-explicaciones-astronomicas-para-la-estrella-de-Belen/
[7] Para profundizar en la historia del relato de la matanza
leer: http://www.mercaba.org/Rialp/I/inocentes_degollacion_de_los.htm
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