miércoles, 27 de enero de 2016

EL AMOR VERDADERO

:
::::::EL AMOR VERDADERO:::::::
Muchas personas pasa el tiempo buscando el amor verdadero... ya se en otras personas, o en algunas cosas, otros, buscarán ciertas actividades. Pero resulta que ese amor es tan grade, que sólo puede dárnoslo alguien también muy grande: Dios
Dios supera cualquier amor, inclusive el más desinteresado, como el que tiene una mamá por su bebé. Por eso nos dice: “¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Pues aunque ésas llegaran a olvidar, yo no te olvido” Is 49, 15-16.
Cierra los ojos y medita estas palabras en tu corazón…
Es difícil que los montes y las colinas se muevan. Y aunque los empujemos con todas nuestras fuerzas no podemos moverlos ni un milímetro. Pues más fuerte, más firme es el amor de Dios para cada uno de nosotros. Así aunque nos alejemos de Dios, aunque lo rechacemos, su amor no se aparta, no se mueve. Por eso dice: “Porque los montes se correrán y las colinas se moverán, mas mi amor de tu lado no se apartará y mi alianza de paz no se moverá, dice Dios que tiene compasión de ti” Is 54, 10.
Pero a la vez que su amor es firme, no es duro. Dios no es un papá autoritario y vigilante. Tampoco es castigador o policía. El amor de Dios está lleno de ternura, de esa ternura que sentimos de nuestra mamá o de la ternura que sentimos por nuestro bebé cuando nos sonrió por primera vez.
“Cual la ternura de un padre para con sus hijos, así de tierno soy Yo para quienes me buscan” Sal 103, 13.
Dios siempre nos cuida, no importa por donde andemos, Él está presente en medio de todas las adversidades, si abrimos nuestros ojos de la fe.
Necesitamos los ojos de la fe para descubrir a Dios, porque con los ojos de la cara no podemos verlo. Ahora cierra tus ojos e imagina que Dios, como un papa tierno te arrulla en sus brazos amorosos y te dice: “No temas, Yo estoy contigo” Is 43, 5.